Friday, April 18, 2014

No ser



A veces -hay que decirlo- siento que yo también desvarío junto a ellos. Cualquiera se desorienta con tanta babosería institucional, me digo para consolarme.
Los ‘talking points’ de Alberto Bacó en su gira española me recuerdan esa canción angustiosa de Pablo Milanés que habla de llenar “el breve espacio en que no estás”. El supuesto ‘ministro’ de desarrollo económico no tuvo que hacer uso de su creatividad pues les fue a los españoles con un refrito sacado del virreinato de Teodoro Moscoso en Fomento Industrial. “No somos estadounidenses pero somos bilingües. No somos latinoamericanos pero estamos en la región”, añadió este genio de las ciencias ocultas.
Llevo tiempo diciendo que los oficiales de este gobierno necesitan actualizar sus talking points. Pero ahora me doy cuenta de que, en efecto, son unos 66 años de actualización lo que requieren. Nada más y nada menos. Debo aceptarlo. La abstinencia contrariada (y delirante) de ese discurso no se resuelve con un ‘refresh’ de los tallking points. En ese sentido, habría que exonerar a Bacó de toda culpa e incluso a su víctima, el periodista que le hizo eco en el diario ibérico.
“Seremos un puente de inversión para las empresas españolas y europeas que miran a la isla como un trampolín hacia EEUU y para compañías latinoamericanas que piensan en Puerto Rico con vistas a Norteamérica”.
En serio. ¿Alguien en el mundo todavía puede tragarse la fábula de nuestro breve espacio privilegiado en medio de dos continentes independientes que han seguido su vida más que bien sin extrañarnos un solo ápice? ¿Alguien cree que América latina y mucho menos Europa necesita a Puerto Rico para llegar a Estados Unidos? ¿No se ha enterado Bacó de que estos países tienen sus propios tratados y relaciones comerciales desde hace tiempo? Ni entremos en esa fantasía sublime de que aquí somos bilingües o en la cantinflada de que pertenecemos a esta región pero no somos latinoamericanos (¿será que somos anglosajones?).
Definitivo. En el imaginario embalsamado del pan, tierra y libertad, Puerto Rico es el breve espacio en que estamos pero no somos.






Friday, April 4, 2014

12 jueyes



A veces observo al Gobernador. No importan las canas, siempre veo al mismo adolescente desentendido, afásico un segundo después del lugar común, un muchacho muy simpático en el lugar inadecuado, padeciendo su propia precocidad. 

En el fondo, a veces hasta disfruto viéndolo repetir el sonsonete de rigor: “otros ven crisis; yo veo oportunidad” o “este es el momento de unirnos como país”. (En serio, ¿quién escribe estas genialidades en Fortaleza? A veces me pregunto si es adrede que quieren volverlo cada vez más predecible).

Sin embargo, eternamente optimista, siempre tengo también esta esperanza breve de que el joven se crecerá. Como ayer. Endi.com me despierta con una alerta que, a esa hora de la madrugada, una cree que es de tsunami, algo urgente y terrible. Resulta que renunció el superintendente de la Policía. No sé por qué pienso que es una oportunidad para ver al muchacho de Fortaleza crecerse. ¿Lo habrá botado?, me pregunto. Hasta prendo la tele.

Pero qué va. Resulta que el Gobernador dice que ni sabe por qué Tuller se fue. Es como todo. Anticipas una escena rica, suntuosa, con su dosis justa de drama. Pero, cuando vienes a ver, todo sigue igual de venido a menos.

Como el fin de semana pasado. El Bosque del Pueblo ardiendo, un batallón de bomberos entregados en cuerpo y alma a apagarlo; el País llorando su pérdida, indignado con los criminales de la naturaleza; Casa Pueblo levantándose, levantándonos en medio de la adversidad, evocando en el fuego del bosque una metáfora brillante de reconstrucción nacional. Una ya creía que el lunes todo se sentiría distinto, más sentido de propósito, trascendencia colectiva.

En el momento de mayor ensoñación, te asaltan en la mañana del lunes con la noticia de que las agencias de ‘ley y orden’ se dedicaron afanosamente el fin de semana a allanar un pulguero en Mayagüez. El saldo fue reportado con un tono que me pareció levemente heroico para la ocasión: 600 cedés pirateados, 18 boletos de tránsito, 12 jueyes salvados de la olla.