Sunday, December 8, 2013

Estado huracanado


Perdí la noción de los días que lleva este viento grave golpeando las puertas y las ventanas a absolutamente todas las horas. Nunca quise nombrarlo. Para que existiera menos. Pero la seriedad de esto ya es aplastante.

No sé qué más hacer para no enloquecer demasiado con este viento que parece un tigre golpeándolo todo: ventanas, puertas, copas, floreros. Día y noche. Sin pausa. De hecho, ya enloquecí.

"Increíble este clima", me digo, y regreso a mis asuntos. Pero vuelvo a abrir bien poquito una ventana, apenas una rendija, en un gran acto de fe y de estupidez; sólo para empezar a sentir de nuevo, uno a uno, los objetos, el sonido agudo de su caída estrepitosa: tazas, cuadros, marcos, figuritas.

Los observo caer. Sigo escribiendo.

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