Friday, September 5, 2014

Fútbol, Kafka y libertad


De nuevo esta fecha tan extraña. 4 de julio, un día que siempre trata de borrarse en alguna playa atestada de gente. Este año lo pasamos ante la gran pantalla del Mundial. El fútbol en estos días es un gran lenguaje para acercarse al mundo.

Este día siempre me es agridulce. No importa que haya pasado toda mi vida en esta misma circunstancia, todavía no entiendo cómo es posible que, a estas alturas del siglo XXI, no seamos un país independiente. Todavía siento el malestar diario de tener que llevar una vida de adulta, con todas las libertades y responsabilidades que ello conlleva mientras, simultáneamente, debo vivir en esta eterna infancia política. Hay algo muy atroz ahí. La paradoja es perversa. No es tan clichoso reclamar el trasunto kafkiano. Vivimos tratando de encontrarle significado a este “proceso” impuesto, tan invasivo y tenaz. Su propia prolongación marañosa nos consume a diario sin llegar a comprenderla nunca, sin la posibilidad de avanzar, de culminar, de deshacernos de ella y arribar a un estado más alto.

Si algo tienen en común todos los equipos que participan en la Copa Mundial es un día de independencia. En honor al mejor lenguaje colonial, tras sus gestas libertarias, de ser terroristas según sus imperios, ahora cada pueblo tiene a sus mártires, héroes y heroínas de ‘la Patria’. El próximo será Cataluña, cuya independencia ya se vislumbra inevitable y marcará el final retrasadísimo de la colonización española.

Por eso me está gustando tanto este Mundial, porque es ver al fin, en el sofisticado lenguaje del fútbol, las pequeñas justicias simbólicas del mundo.

Los grandes han ido quedando atrás. Las viejas colonias, Costa Rica, Chile, Colombia, Argentina, Brasil y Uruguay derrotarían paciente, suculentamente a los colonizadores. Cayó España, cayó Inglaterra, cayó Portugal y ahora cayó Estados Unidos.

En un once pa’ once, en un solo cerco y en un solo lenguaje: el de las patadas. En este día, así es que me gusta almorzarme al imperio de mi vida.  







No comments:

Post a Comment