Todos los días una, dos, veinte
agresiones colectivas. Así es la vida todos los días para nosotras las mujeres.
Así crecemos, desde niñas aprendiendo a crear esa segunda piel que nos permite salvarnos
individualmente, haciéndonos un poco las sordas por aquí, un poco las ciegas
por allá, pasando literalmente la página, consolándonos en la convicción de que
hay que escoger las batallas para ser efectivas y no quemarnos, no rendirnos de
cansancio y de hastío, no terminar sucumbiendo a la violencia de la violencia.
Pero les aseguro que estamos
hartas. No existe justificación alguna para que un periódico de récord,
histórico, como este siga publicando titulares que denominan las agresiones
sexuales como “fresquerías”. No es posible. No lo aceptamos. Lo condeno con
toda mi furia y con toda mi indignación. Es algo completamente insólito. Hace
ya varios años que no me dedico activamente al periodismo. Aún así, en los 15
años que dediqué a este oficio, fueron decenas los seminarios, conferencias,
entrevistas donde se explicaba una y otra vez que las agresiones sexuales a
niñas y mujeres no pueden ser denominadas con la ignominiosa ligereza, el
chiste burlón implícito en la “fresquería”. Miles de mujeres mueren a diario
porque, precisamente, desde el Estado hasta el señor de la esquina piensan que nuestros
cuerpos son propiedad pública, que se pueden tocar, transgredir, retratar, golpear
o violar como si no tuviéramos poder, agencia, soberanía sobre ellos.
Que nadie me diga que los
titulistas de este diario son analfabetas. Si los medios del País no pueden asumir la
perspectiva de género más elemental, con qué cara van a las conferencias de
prensa a exigírselo a maestros y maestras, a los religiosos fundamentalistas, a
los funcionarios y al País.
El País puede ser un circo. Pero es
inadmisible que a los medios de comunicación –y todos los comerciales padecen del
mismo mal- le importen más los ‘clicks’ de una nota misógina que la equidad, la
justicia y la supervivencia digna de las mujeres, la mitad misma de esta
sociedad. No lo aceptamos.