-Antes que todo, no hay nada que puedan decirme. Será mejor mirar el mar y eso…
Las ocho nos observamos.
-Tati te tiene un poema, dije.
-Tati es mitómana, sentenció.
Por 41 horas nos había observado con esa rabia, sin palabras. Ahora ésto.
Tati evadió nuestra mirada con una naturalidad inconcebible mientras escarbaba la arena con sus nalgas haciéndose de un lugar para sobrevivir lo que se avecinaba.
“Chica, me dejas fría”, alcancé a pronunciar antes de aquel silencio tan espeso, tan cabrón.
“El poema es una mierda”, rompió ella. No dejaba de mirar el mar.
“Y se lo copió de él”.
Tuesday, March 2, 2010
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