Saturday, March 5, 2011

Café


Cuando la vi -tan hermosa y aparatosa, perfectamente lustrosa- en las páginas de este diario, supe que la había esperado durante siglos. En un instante, lo comprendí todo: aquella añoranza dilatada no había sido la de los sueños, siempre desvaneciéndose al primer ardor de una luz. Tampoco la de las fantasías. No. Porque ella era posible. Existía. Lo supe cuando vi los filos de su forma, relucientes, nítidos bajo el sol perpendicular de Río Piedras.

La cafecleta del artista Jorge Rito, una greca gigante sobre una bicicleta que él maneja mientras reparte café por las protestas de Santa Rita, adjudica el placer del deseo que se consuma. O cuántos de nosotros no nos ahogamos todos los días (acaso todas las horas) en un tazón de café, buscando -no sé- una salvación. En el calor, en el sabor, en alguna parte que a veces se sabe más allá del fondo. En ese momento en que aroma y gusto de imbrican para siempre, cuántos de nosotros no pensamos en todo lo que no es ni será. Como un bolero. Tomo la taza, respiro mucho y, no es lo mismo pero, a veces -sólo a veces- siento algo: un consuelo mínimo, tan mínimo que casi no es. Tan pequeño que a veces se consume todo en el primer sorbo.

Pero la greca del artista es algo más. La posibilidad. Cada vez lo sé mejor: que son esas pequeñas cosas , esos proyectos particulares, casi personales, mínimos, los que sostienen emocionalmente a este país: la disposición e inventiva de un artista aquí, de otros que forman un teatro allá, el ensayo de una profesora de danza y sus alumnos en plena calle, el embeleco de una iglesia, los violines de unos niños.

Hay algo en la entrega. Me perdonan lo cursi (no es un ideal estilístico sino un mecanismo crudo de defensa) pero a veces, cuando veo estos pequeños actos, hasta pienso que el compromiso es con la esperanza, con la idea de que la gente buena, trabajadora, la gente que lucha según sus luchas, merecen tanto más. Mucho más de lo que no tienen. Y a veces hasta llego a creer que aquellos que se ilusionan con las cosas y las emprenden, pueden transformar este país pedacito por pedacito. Greca por greca. Café por café.






.

1 comment: