Wednesday, May 28, 2014

Duelo capilar



La situación me tiene hasta el tope. Yo sé que tengo la razón. Que, en el fondo, aquí hay unos argumentos desoladores. Pero aún así -para qué negarlo- sus tres preguntas, lanzadas cual pólvora, me desarman un poco.
“¿Y cuál es tu problema con la keratina, cuál es el daño?”, me dice ella, tan lógica, tan impasible, para luego rematar con su dosis exacta de humillación: “¿Te afecta mucho?”
-Bueno mira, ven acá, no te pongas así, vamos a sentarnos a hablar. Aquí hay unos trasuntos culturales importantes.
Odalys me tira a matar con la miradita. Luego se da media vuelta, regresa a la pista apretujada de este chinchorro y desaparece en una vuelta de corazoncito dulce. El silencio es un arma de destrucción masiva pero yo voy a defender mi verdad histórica aunque ella quiera humillarme dos veces.
El calor está de madre, Odalys. Y yo estoy en mi derecho de problematizar estas prácticas estético-culturales atropellantes, invisibilizadoras.
¿Cómo crees que me siento cuando miro a todas partes de este chinchorro (más 100% pueblo no lo hay) y te veo a ti y a veintisiete mujeres más con esos pelos perfectos, pasados por el dispositivo crespo-terminal de la keratina brasileña. La humedad está que corta y tú lo sabes. Recurro a ese remedio infalible de cereta-emergencias, el pinche, mientras tú y todas las de tu especie siguen dando sus pasitos, moviendo esos pelos de orientales como si aquí no pasara nada. Ni el anuncio de Pantene, Odalys.
            “¿Cuál es tu problema con la keratina?” Tus palabras me taladran la consciencia. Te crees la diosa de todo esto aquí: 27 pelos planchados, brillosos cual ‘almor ol’ capilar. Y al otro lado de este cuadrilátero, yo. La soledad es abismal. Si tu táctica es el silenciamiento por humillación, si no quieres discutir este asunto con argumentos políticos, está bien. No diré más. Pero levantaré mi cuestionamiento último, sencillo: ¿dónde han ido a tener los pelos de esta tierra? ¿Cómo termina una como aplastada minoría encrespada en una tierra donde siempre fuiste mayoría capilar?
To sweat is to think”, escribió el gran Roland Barthes. ¿Y cómo será cuando sudas y sudas pero no se te nota?






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