Saturday, October 3, 2009

Ey, guaynabichas: "Mi patria es mi lengua"


Soy la dinosauria más solitaria de Facebook, siempre con esta perorata del español.

Hace apenas un año, una escuchaba a alguien hablando inglés y sabía que era algún guaynabito. Ellos se esfuerzan porque su inglés suene americano, suavecito, como si no les costara. La pronunciación se les queda como en la lengua, sin una dicción contundente, sin la boca demasiado abierta. Mientras más bajo hablen más cómodo y corridito pueden soltar sus oracioncitas.

Yo escuchaba a las guaynabitas con resignación. Las observaba en su rubia tontería y pensaba, desde lo más hondo de mi prejuicio: “Ésta vivió en Boston un par de años, jangeó con boricuas y latinoamericanos, se emborrachó cada viernes en español y ahora viene aquí a aparentar que es otra cosa lo que habla”.

Me aburrían muchísimo pero me daba igual, siempre y cuando se mantuvieran en su sitio, en aquel mundillo foráneo, tan debidamente demarcado.

Pero ahora, con este mundo aireado de las relaciones virtuales, no hay manera de limitar nada. Y hasta aquellos que fueron niños Montessori conmigo, los hijos ‘granola’ de los profesores, de los hippies, de los artistas más come candela del País, también se hablan en inglés por Facebook.

En lugar de socializar, me he vuelto policía de la lengua, confrontándolos con sus raíces más humildes.

Me ha ido mal, para qué negarlo. Me dicen de todo. Que no me meta, que ellos son “ciudadanos del mundo” (¡un poco más clichosos, por favor!); que todos los idiomas que los comuniquen son buenos (con tanto interés repentino en los idiomas, una pensaría que hablarían algo más que inglés y español…).

Eso sí, no me importa ser una dinosauria solitaria ni renunciaré a ello. Aún suceden cosas que me inspiran. Ayer, por ejemplo, cientos de personas se reunieron en el Instituto Cervantes de Pekín para escuchar al poeta argentino Juan Gelman, quien sí sabe lo que es tener que hablar en otros idiomas porque conoce el exilio desde que tuvo que huir de Argentina, donde la dictadura asesinó e hizo desaparecer a su hijo.

Cuando, allá en Pekín, le preguntaron cuál es su patria, Gelman no dudó en contestar: “Mi patria es mi lengua”. 

 

2 comments:

  1. La batalla lingüística que batallas en nuestra isla, es la misma misión de educación que llevo en mis brazos a mis hermanos puertorriqueños aca en el otro lado de la orilla de este enrome charco. No estas sola mi pequeña dinosauria, simplemente somos pocos los que quedamos. -Paz-

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  2. Me ha encantado esto!!!! Bravo!!! Te saluda otra dinosauria.

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